Me encanta mirar hacia atrás y conectar los puntos, de esa forma le puedo dar sentido a las distintas situaciones que van pasado. Me da la oportunidad de agradecer y ser consciente que las cosas pasaron de cierta manera para impulsarme a dar un salto.

Hace un poco más de un año mi vida giraba en torno al trabajo, a dar todo de mí y aún así sentir que yo no era suficiente. A buscar sentirme validada porque yo no me validaba a mí misma. 

Era absolutamente normal tomarme 4 cafés diarios, correr para todos lados y llegar gateando del computador a mi cama en la noche. Incluso mucho tiempo pensé que estar crónicamente cansada era parte de trabajar en una empresa y que se solucionaba simplemente haciendo deporte a las 6:00 am y alimentándome bien.

El 2020 me enfermé, me diagnosticaron dermatitis atópica que se manifestó como inflamación y picazón en la piel particularmente en mi cara. A la vez (porque cuando el cuerpo habla, HABLA), una psiquiatra me diagnosticó un cuadro ansioso. En términos simples sentía mucha ansiedad, culpa, frustración y sensación de incompetencia. Lo estaba pasando muy mal y no quería verlo.

Era heavy mirarme al espejo esa época, verme hinchada, con la piel maltratada, ojeras permanentes y reconocer que toqué fondo. Una parte de mí se sentía decepcionada porque soy una persona que valora el bienestar, pero me había dejado llevar por la exigencia y los logros.

En conjunto con mi psicóloga fuimos trabajando y a la vez comencé a darle fuerza a una idea que tenía hace tiempo de crear algo en redes sociales que hablara de bienestar. Desde el corazón, no quería que nadie más llegara a tener un burnout por pega en su vida.

En marzo 2021 tomé una de las mejores decisiones que he tomado hasta ahora: pedirle a Gabi (@quina_studio) que armara el logo y le diera identidad a Grow&Glow. Fue clave porque de inmediato agarró vuelo y yo comencé a motivarme cada vez más.  

Partí tímidamente publicando posts, haciendo stories, pero aún tenía mucho miedo a dejar mi trabajo. Tenía miedo a perder estabilidad económica, miedo a sentirme una loser por no podérmela con el mundo corporativo, miedo a sentir que no era lo suficientemente inteligente o lo suficientemente carismática para redes sociales.

En paralelo a mi proceso de sanación, empezaron a aparecer personas nuevas y muy claves en mi vida que creyeron en mí y como reflejo, yo misma empecé a creer más en mí. Una de ellas es mi querida Chabi Pacareu (@mipacareu), que entre caminatas y bici fue generosamente entregándome todo el aprendizaje que ella misma obtuvo armando su propio negocio digital. Me mostró planillas con presupuestos, vimos resultados concretos de su emprendimiento y me dijo una de las frases que más me ha marcado hasta ahora: “Mereces la vida que sueñas y trabajar en eso que te apasiona”.

Con la llegada de cada asesorado tomaba más y más confianza. Así fue como tomé la valentía, hablé con mi jefa de ese entonces para renunciar y dedicarme 100% a Grow&Glow a partir del 1ero de septiembre. Cerré el 2021 habiendo dado 6 charlas y acompañado +50 asesorados.

Hoy teniendo la oportunidad de mirar 1 año atrás, puedo decir con toda confianza:

1. Jugártela por ti y por tus sueños vale la pena.
2. Se puede vivir de eso que te apasiona.
3. Levantarme en la mañana sabiendo que estoy haciendo eso que me gusta no tiene precio.
4. Es fundamental hacer comunidad y conectar con otras personas que están en la misma que tú.
5. Después de equivocarte, no mueres, se puede seguir viviendo y no pasa nada.
6. Ese miedo que sentimos es el mejor indicador que estamos saliendo de nuestra zona de confort y por ende, estamos aprendiendo.

Me siento profundamente orgullosa y agradecida de estar donde estoy hoy. Tengo la oportunidad de acompañar a las personas a transformar su vida y verlos valorarse cada día más me llena de emoción. 

Sueño con que todos sintamos lo mismo, porque somos merecedores de la vida que soñamos y de trabajar en eso que nos encanta.

Si estás como yo hace un par de meses cuestionándote qué hacer: elígete a ti, elige ser valiente y apostar por ti. Te prometo que vale la pena.