Este sitio web tiene ciertas restriucciones de navegación. Le recomendamos utilizar buscadores como: Edge, Chrome, Safari o Firefox.

Carrito

Nosotros vs las expectativas de otros

publicado por Francisca Aguilera el
Nosotros vs las expectativas de otros

Francisca Aguilera (@franaguilera_) es Ingeniera Civil Industrial y fundadora de The White Project (@thewhiteproject). Gozadora de la vida, amante del yoga y meditación. De mente brillante y corazón apasionado, hoy nos hace una invitación muy directa a escucharnos y priorizarnos.

*****

Hoy estoy un poco cansada. Sé que debería abrir mi computador y sacar los pendientes que tengo por hacer hoy, pero realmente mi cuerpo me pide una pausa... filo, creo que debería hacerlo. Voy a descansar.

Esto escribí la semana pasada en mi journal, y creo que si mi yo de hace un año atrás lo hubiese leído, jamás habría pensado que fui yo la que escribió las últimas 4 palabras.

Nosotros vs las expectativas de otros.

Últimamente he conversado con muchas personas sobre el tema de la pausa y el descanso, y he podido identificar un patrón que se repite un montón. Muchas personas se dan cuenta que necesitan un respiro de la rutina, pero dicen no tener tiempo para hacerlo. No voy a entrar a discutir cómo cada uno maneja sus tiempos... cuando estaba en la universidad también veía el panorama de esta forma, pero no puedo dejar de pensar en que, querámoslo o no, al no hacerlo le estamos entregando la batuta de nuestro bienestar a algo/alguien más.

“Tengo demasiado sueño y dolor de cabeza, pero tengo que trasnochar porque si no me voy a sacar un rojo” “Estoy muerto de hambre pero no puedo almorzar hoy día porque tengo que terminar la presentación para la reunión de mañana” Son frases que he dicho y me ha tocado escuchar, y que actualmente me parten el corazón, porque 1) a la larga pasan la cuenta y 2) la vida se nos pasa viviendo para el resto.

¿En qué momento pasamos a preferir postergarnos a nosotros mismos en vez de postergar las obligaciones o deberes que tenemos con los demás?

¿En qué momento preferimos morir de insomnio, dolor de guata o jaquecas por cumplir a la perfección con la universidad, el trabajo o la casa?

Y uno de los pensamientos que puede estar rondando por tu mente es “Ya, pero no puedo dejar mis obligaciones de lado y ser mi única prioridad” a lo que respondo que claramente no. Vivimos en sociedad y tenemos responsabilidades y compromisos con otras personas, pero ¿hasta qué punto tomamos decisiones basadas en ellas y no en lo que nosotros mismos queremos o necesitamos? ¿hasta ir a parar a urgencias por gastroenteritis severa? ¿hasta que nos estalle la cara de acné? ¿hasta despertarnos todas las noches gritando y sudando con pesadillas? Sé que puedo sonar un poco dura, pero he escuchado un tantos casos... nuestro cuerpo no va a parar de pedir auxilio hasta que lo escuchemos.

El universo es dual: luz y oscuridad, quietud y movimiento, ruido y silencio, rapidez y lentitud, sin una no existe la otra, y en realidad son lo mismo. Igual pasa con nosotros... no podemos estar produciendo, produciendo y produciendo sin descanso alguno. Para un equilibrio es necesario tener de ambos, si no, el ecosistema se desbalancea y colapsa.

Descansar no siempre es sinónimo de siesta.

Creo que la clave del descansar o pausar está en el autocuidado diario, en esos pequeños momentos de nuestro día en donde nos regaloneamos y que a la larga nos mantienen bien. Algunos que se me vienen a la mente: alimentarnos de forma consciente, acercarnos a la ventana a tomar un poquito de sol, mantenernos hidratados, meditar 5 minutos, hacer ejercicios de respiración, salir a dar una vuelta a la manzana, dejar las pantallas de lado antes de dormir, hacer journaling, leer algo que nos guste, hacer 30 minutos de ejercicio... para gustos, colores. Convertir estas actividades en hábitos diarios o semanales nos permitirá mantener la dualidad de la que hablé más arriba.

Y por último, si, estamos en una sociedad en donde se celebra el “poder con todo” a costa de nuestra integridad física, mental y emociona, pero me encantaría que te quedes con la idea de que también está bien pedir ayuda, está bien parar, está bien no poder con todo a la vez. No eres menos que el resto, no eres más débil. Simplemente eres persona, seguro estás pasando por un montón de cosas a la vez, y si eliges escucharte y escuchar tu cuerpo estás siendo leal contigo mismo/a y eso... eso es algo honorable.

← Publicación anterior

4 comentarios

  • Estefy el

    Después de mucho tiempo volví a trabajar, durante el tiempo en que estuve en casa me di espacio para todas esas instancias de autocuidado y transforme mis creencias sobre el uso/organización del tiempo. He tenido que adaptarme con el nuevo horario pero ya no lo siento como algo imposible de lograr, me doy el tiempo de parar y ocuparme de mí.

  • Fernanda Saavedra el

    Es increíble que a veces hay que aprender estas cosas a la mala… llegando a esas situaciones extremas. Logré incluir en mi rutina muchas de esas prácticas de auto cuidado, ahora que empecé a trabajar espero poder mantener esas actividades que me mantienen conectada conmigo misma.

  • Lilian el

    Que bueno que actualmente hay grupos de jóvenes que están desarrollando estas habilidades, haciendo pausas, yoga y meditación para su autoconocimiento y convivencia consciente con el entorno y naturaleza, trabajos comunitarios, etc.“pequeños grupos haciendo grandes transformaciones”. Felicitaciones por crear y visibilizar estos espacios. Se necesita urgente recuperar la intuición y permitirse reflexionar.

  • Florencia Perlwitz el

    Buenísimo!!! Hay que aprender a escucharse 🤍

Dejar un comentario